Tálamo

¿En qué momento Quito perdió su identidad … Ayer miraba pasar los buses de dos pisos, me sorprendió ver la ruta que tenían, pues si bien tenemos un centro histórico enriquecido de historia y único en patrimonio vale decir que me encantaría saber la opinión real de los turistas al ver la falta de soluciones a la contaminación

De graffiti a arte urbano

Ayer miraba pasar los buses de dos pisos, me sorprendió ver la ruta que tenían, pues si bien tenemos un centro histórico enriquecido de historia y único en patrimonio vale decir que me encantaría saber la opinión real de los turistas al ver la falta de soluciones a la contaminación, la decadencia humana de calles con niños vendiendo dulces, comerciantes por doquier ofreciendo desde medias hasta almuerzos express, mujeres en la esquinas vendiendo sus cuerpos, buses ecológicos que dejan humo en cada arranque, rampas que acorralan la presidencia y lo más triste paredes con graffitis que no se acercan en lo más mínimo al arte urbano peor aún a una capital patrimonial.

¿En qué momento Quito perdió su identidad? ¿En qué momento se perdió la prospectiva de ciudad?  Quise hablar del mal aspecto que dan los graffitis y me encontré con un mal mayor, una ciudad sin rumbo…sin identidad.

Como Agencia de publicidad en cada trabajo realizado empezamos por la CONCEPTUALIZACIÓN, este proceso converge varias áreas, nos convierte en críticos del pasado y del presente, en verdaderos investigadores que trabajan desde una perspectiva diversa que permite definir cuál es “la promesa” de nuestro producto o servicio; lastimosamente en Quito, el desenfreno multicolor y politiquero ha deteriorado el concepto de ciudad y rompió todo esquema técnico para dejar disparos al aire que se han dado en cada administración. 

“La creación de la marca ciudad es una construcción de 20 años, no un puto logo” expresó Tony Puig, académico español de Marca Ciudad, gurú en esta materia.  Una ciudad sin rumbo no tiene criterio para crear proyectos de identidad que refuercen una “promesa”. (Anita Luna)

El arte urbano se remonta a tiempos del imperio romano, se caracteriza por satírico o crítico.  Hoy es una forma de expresión artística callejera que manejada de manera adecuada es una expresión que conjuga el arte con la realidad cotidiana de los espacios públicos; Guayaquil por su parte es un escenario que responde a una ciudad que valora el arte, con murales gigantescos que engalanan y expresan, una propuesta organizada que garantiza verdaderos murales y no paredes que degradan y matan cualquier vestigio que motive al turista o al propio ciudadano. Ojalá la capital decida hacer un trabajo profesional a largo plazo pues el Quito actual no inspira, por el contrario sus paredes refuerzan una ciudad sucia, violenta e insegura. 

Es tiempo de dejar voluntades políticas con visiones de corto plazo, coyunturas con intereses para una sola administración y establecer un proceso real que defina cómo queremos que Quito sea visto frente al mundo, frente a sus ciudadanos, una construcción conceptual con proyectos medibles a corto, mediano y largo plazo que si bien empiezan con una presentación visual se soporte en una visión interna que guíe cada proyecto y lo haga coherente con la realidad de la ciudad.  Si esto estaría claro no tendríamos que hacer 2, 3 o 4 logos del metro ni tendríamos que cambiar la imagen de la ciudad para favorecer a un partido o candidato de turno, ni dar de comer a perritos en la calle, tendríamos una hoja de ruta que guía cada decisión tomada. 

Definitivamente, todo un reto para la nueva Administración…

Quito merece el tiempo de artistas, diseñadores, estrategas, urbanistas, historiadores, sociólogos… necesitamos un verdadero proyecto de ciudad.

¡Viva Quito mis chullas!

ANITA LUNA, GERENTE TÁLAMO